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Ambrosio es uno de los más famosos doctores
que la Iglesia de occidente tuvo en la
antigüedad junto con San Agustín, San
Jerónimo y San León.
Combatió
el Arrianismo
en el Occidente. El Santo nació en Tréveris,
probablemente el año 340. Su padre, que se
llamaba también Ambrosio, era entonces
prefecto de la Galia. El prefecto murió
cuando su hijo era todavía joven, y su
esposa volvió con la familia a Roma. La
madre de San Ambrosio dio a sus hijos una
educación esmerada, y puede decirse que el
futuro Santo debió mucho a su madre y a su
hermana Santa Marcelina. El joven aprendió
el griego, llegó a ser buen poeta y orador y
se dedicó a la abogacía. En el ejercicio de
su carrera llamó la atención de Anicio Probo
y de Símaco. Este último, que era prefecto
de Roma, se mantenía en el paganismo. Probo
era prefecto pretorial de Italia. Ambrosio
defendió ante este último varias causas con
tanto éxito, que Probo le nombró asesor
suyo. Más tarde, el emperador Valentiniano
nombró al joven abogado gobernador con
residencia en Milán (norte de Italia). |