ace
en
Abruzos
(Italia) el 25 de Mayo de 1550. Su niñez es
serena y vivaz bajo la mirada cuidadosa de
su madre, ya que el padre, capitán del
ejército, estaba lejos del hogar, ocupado en
las tareas militares. Tiene sólo 13 años
cuando muere su madre y el joven Camilo
sigue al papá en la vida militar. A los 19
años, muerto su padre, se queda huérfano y
sólo le gusta el juego y en el gasta mucho
tiempo con sus compañeros. Una misteriosa
llaga en su pie lo lleva al hospital de
Santiago de Roma, enfermo con los enfermos.
Pero en lugar de replegarse sobre sí mismo,
se pone a considerar las necesidades de los
demás y jura dedicarse totalmente al
servicio de sus hermanos pobres y enfermos. |
Le fueron expulsando de todas partes
porque era dado a las juergas y al
juego. Así perdió cuanto tenía y se
vio obligado a mendigar. Estando en
la más completa pobreza se ofreció
como obrero y mensajero en un
convento de los Padres Capuchinos,
allí escuchó una charla espiritual
que el padre superior les hacía a
los obreros, y sintió fuertemente la
llamada de Dios a su conversión.
Empezó a llorar y pidió perdón por
sus pecados, con la firme resolución
de cambiar su forma de actuar por
completo. Tenía 25 años. |