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San
Dámaso I |
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Tuvo
como secretario al gran San Jerónimo, al cual le
encargó que tradujera la S. Biblia al idioma
popular, y esta traducción llamada "La Vulgata", fue
la que empleó la Iglesia Católica durante 15 siglos.
En estos años la Iglesia había logrado una nueva
dimensión religioso-social, convirtiéndose en un
componente de la vida pública. Los obispos
escribían, catequizaban, amonestaban y condenaban
pública y libremente. |
En el
año 380, con ocasión del sínodo de Roma, el Papa
Dámaso expresó su agradecimiento a los jefes del
imperio que habían devuelto a la Iglesia la libertad
de administrarse por sí misma. Con esta libertad
conquistada, los antiguos lugares de oración como
las catacumbas se habrían arruinado si este
extraordinario hombre de gobierno no hubiera sido al
mismo tiempo un poeta sensible a los antiguos
recuerdos y a las gloriosas huellas dejadas por los
mártires. Efectivamente, no sólo exaltó a los
mártires en sus famosos “títulos” (epigramas
grabados en lápidas), sino que los honró dedicándose
personalmente a la identificación de sus tumbas y a
la consolidación de las criptas en donde se
guardaban sus reliquias. |
Murió el
11 de Diciembre del 384 y fue enterrado en una
pequeña iglesia que había mandado construir con ese
fin en la vía Ardeatina, junto a los restos de su
madre, Lorenza y su hermana,
alejado de las tumbas de los Santos famosos de Roma.
Después construyeron sobre su sepulcro la basílica
llamada San Dámaso. |
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