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San
Diego de Alcalá |
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Significado de
Diego |
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Fiesta: 13 de Noviembre |
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1400 - †
1463 |
ació
en San Nicolás del Puerto
(Sevilla-Andalucía), en plena Sierra Morena
y en el seno de una familia modesta. Sus
padres, de fe cristiana, le pusieron el
nombre de Diego, sinónimo de Tiago
derivación de Santiago, patrón de España.
Ingresado en la Orden de Frailes Menores,
residió en los Conventos de Arruzafa,
Sevilla, Canarias, Sanlúcar de Barrameda,
Ara Coeli de Roma y Santa María de Jesús
(Alcalá de Henares). |
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Fray Diego de San Nicolás siempre
llevó el nombre del humilde pueblo
que le vio nacer en los documentos
de su tiempo. Sin embargo se le
conoce en el santoral como San Diego
de Alcalá, con el nombre del lugar
donde pasó sus últimos años y donde
reposan sus restos. Fray Diego de
Alcalá fue de los que dieron nuevo
esplendor a la figura de los
humildes y sencillos hermanos legos,
que en los orígenes de la orden
fueron el gozo y la gloria de San
Francisco de
Asís. |
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De hecho
San Diego es el patrón de los hermanos franciscanos
legos, es decir, que no son sacerdotes por haber
sido el primer hermano lego canonizado en la Orden.
Desde muy joven dio muestras de su futura santidad,
entregándose a largas oraciones y acerbas
penitencias. Fue después de haber alcanzado grandes
progresos en todas las virtudes, cuando solicitó el
hábito del Poverello en Arruzafa (Córdoba), uno de
los conventos de España restituidos a la primitiva y
rigurosa observancia franciscana, hacia 1409, por
Fray Pedro Santoyo. Había pasado Diego varios años
de su vida alternando los ejercicios ascéticos con
las tareas de artesano. Fue misionero en Canarias
donde llegó a ocupar el puesto de guardián del
convento. |
Nadie le
sobrepasó en la mortificación, en la obediencia, en
la pobreza, en la caridad; nadie, sobre todo, en la
intensidad de la oración, en la cual a menudo los
éxtasis le transportaban a un profundo conocimiento
de las verdades de la fe, que dejaba estupefactos a
los teólogos que acudían a interrogarle. Los raptos
le elevaban principalmente ante el Crucifijo y ante
el Sagrario. |
Fue un
Santo muy popular. Santa Teresa lo recuerda como
ejemplo de servicio. Muchos conventos, iglesias y
capillas, e incluso una ciudad de California, están
dedicadas a su nombre. Los más grandes artistas se
ocuparon de Él, como fue Lope de Vega. Zurbarán,
Ribera, Murillo, Gregorio Fernández, Alonso Cano y
Pedro de Mena son los que nos han dejado sus mejores
retratos. |
Fray
Diego murió en Alcalá de Henares (Madrid) el 13 de
noviembre de 1463, abrazando un crucifijo de madera
que había llevado siempre consigo. Tenía 63 años.
Sus reliquias se veneran en la iglesia catedral de
la ciudad. La gran fama de su santidad, y los muchos
milagros atribuidos a Él antes y después de su
muerte, hicieron que la apertura del proceso de
canonización no se hiciera esperar. El mayor impulso
lo dio el rey Felipe II, en agradecimiento por la
curación de su hijo el príncipe Don Carlos. La
protección de San Diego sobre la salud de los reyes
españoles se mantuvo hasta época
reciente. Otro milagro que se le atribuye es el de
haber salvado, en un viaje que hizo a Sevilla
durante su estancia en la Arruzafa, a un niño que
imprudentemente se había metido y dormido en un
horno, el cual fue encendido mientras tanto. Tras la
mediación de Diego el pequeño apareció fuera del
horno sin la menor quemadura. Éste y otros milagros
los solía atribuir el humilde fraile a la
intervención de la Virgen María. |
Fue
canonizado por el papa franciscano conventual Sixto
V, el 10 de julio de 1588. |
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