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San
Lorenzo |
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El
alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de
conseguir dinero, llamó a Lorenzo y le dijo que le
trajera todos los tesoros de la iglesia, ya que el
emperador necesitaba dinero para costear una guerra
que empezaba. Lorenzo le pidió que le diera tres
días de plazo para reunir todos los tesoros de la
Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los
pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas,
ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él
ayudaba con sus limosnas. Y al tercer día los hizo
formar en filas, y mandó llamar al alcalde
diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de
la iglesia. Le aseguro que son más valiosos que los
que posee el emperador". Llegó el alcalde muy
contento pensando llenarse de oro y plata y al ver
semejante colección de miseria y enfermedad se
disgustó enormemente. Lo mandó matar
y
encendieron una parrilla de hierro y ahí acostaron
al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran
deseo que el mártir tenía de ir junto a Cristo le
hacía no darle importancia a los dolores de esa
tortura. Los cristianos vieron el rostro del mártir
rodeado de un esplendor hermosísimo y sintieron un
aroma muy agradable mientras lo quemaban. |
Mientras
San Lorenzo se quemaba, y con una tranquilidad que
nadie había imaginado, rezó por la conversión de
Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo
el mundo, y exhaló su último suspiro. Era el 10 de
agosto del año 258. |
El poeta
Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió
mucho para la conversión de Roma porque la vista del
valor y constancia de este gran hombre convirtió a
varios senadores y desde ese día la idolatría empezó
a disminuir en la ciudad. San Agustín afirma que
Dios obró muchos milagros en Roma en favor de los
que se encomendaban a San Lorenzo. |
San
Lorenzo es uno de los mártires más célebres en todo
el cristianismo. Se puede decir que durante toda la
Edad Media, juntamente con San Pablo y San Pedro fue
el patrono de Roma, en la que hay nada menos que 34
iglesias levantadas en su nombre. Y no solamente en
Roma. También en todos los países hay templos que
llevan su honor. El Santo padre mandó construirle
una hermosa Basílica en Roma, siendo la Basílica de
San Lorenzo la quinta en importancia en la Ciudad
Eterna. |
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