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San
Miguel Arcángel |
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En el
Antiguo Testamento San Miguel aparece como el
guardián de la nación hebrea. En el libro de Daniel,
Dios envía a San Miguel para asegurarle a Daniel su
protección. |
En
Constantinopla tenía un templo dedicado a su nombre
y era también muy famoso el Mikaelión de Sostenión,
cerca de la capital bizantina, donde, según la
tradición, Miguel había curado milagrosamente al
emperador Constantino. En Occidente también se
apareció el arcángel repetidas veces; sus
apariciones más famosas son las del Monte Gárgano en
Italia, alrededor del año 500, y la del monte
Adriano, donde el año 611 el Papa Adriano IV le
construye un oratorio, sobre el que sería más tarde
Castillo de San Ángelo. En España alcanzó renombre
su aparición en la serranía Navarra de Aralar para
ayudar al noble caballero Don Teodosio de Goñi en
lucha contra el dragón infernal. |
Hoy día
ya no se dan tales apariciones aparatosas, pero el
Arcángel se mantiene fiel a su misión de custodio de
la Iglesia, como lo proclama la oración a él
dirigida al fin de la Misa, preceptuada por León
XIII. |
Si en
tiempo de tentación, tenemos el coraje de reprender
al maligno y clamar la asistencia de San Miguel, el
príncipe de la milicia celestial, el enemigo por
seguro saldría huyendo. Si deseamos tener su
protección, debemos imitar sus virtudes,
especialmente su humildad y su celo por la gloria de
Dios. El arcángel San Miguel está invisiblemente
activo para ayudarnos, ya que el Señor le dio un
amor compasivo por los hombres y no hay alma que
escape su atención. |
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