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San
Nicolás de Flue |
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Por el
camino sufrió un cólico con unos dolores de estómago
tan espantosos que creyó morir. Se encomendó a Dios
y el mal desapareció, pero desde ese día perdió por
completo el apetito y en adelante vivió de tal
manera sin comer ni beber casi nada, que nadie
lograba explicarse cómo podía vivir así. Se fue a
una alta montaña junto a un nacedero de agua y allí
en una cueva pasó sus últimos 19 años rezando,
meditando y haciendo penitencia. Con los regalos de
los fieles hizo construir una capilla y allí a esa
altura iba cada día un sacerdote y le celebraba la
misa y le daba la comunión. |
Los
distintos partidos y estados de Suiza estaban
tremendamente divididos y había el grave peligro de
que se desatara una sangrienta guerra civil. Nadie
los lograba poner de acuerdo. Al fin a algunos se
les ocurrió que llamaran a Nicolás. Este bajó de la
montaña y gracias a que Dios le concedió el don de
saber aconsejar, supo aconsejar sumamente bien a los
unos y a los otros y se logró firmar la paz,
evitándose así la guerra entre paisanos. |
Nicolás
volvió a su montaña a orar, meditar y aconsejar, y
el día en que cumplió sus setenta años murió
plácidamente
a los 70 años, el día de su cumpleaños, 2 de marzo
de 1487. Desde entonces los católicos de Suiza lo
consideran como un Santo y empezaron a conseguir
favores del cielo encomendándose a este su santo
paisano. |
El Sumo
Pontífice lo declaró Santo y no fue canonizado hasta
1947
por Pío XII. |
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