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Santa
Tecla |
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Pablo es
encarcelado y Tecla, sobornando al carcelero, entra
loca de alegría en la cárcel y escucha horas y horas
las grandezas de Dios, sentada en el suelo junto a
los hierros del preso. Pablo fue azotado cruelmente
y penado con el destierro. El delicado amor de
Tamiris se trueca ahora en desesperación y odio
contra quien fue su amada y se prepara una hoguera
donde Tecla va a ser castigada. Es salvada
milagrosamente de las llamas y marcha de Iconio tras
aquel hombre que inflama con el ardor de lo que
predica. Ella misma va transmitiendo a todos el
porqué de su modo de vivir, que es el amor. Por fin
se retira a una cueva, cerca de Seleucia, donde ya
nonagenaria la tierra se la traga para ponerla a
salvo de nuevas asechanzas. |
Esta
novela forjada entre la verdad histórica y los
entresijos de la fábula fue alimento en el amanecer
del cristianismo para las primitivas comunidades
cristianas. La dulce virgen doncella de Iconio, de
la que no hay constancia en los escritos
neotestamentarios, fue contemplada como la doctrina
de Pablo personificada. Este apócrifo recorre el
mundo cristiano oriental y occidental sin que se
pueda acertar a establecer dónde está la historia y
dónde la poesía o invención, pero en cualquier caso
es paradigma de la entrega a Dios y de la fidelidad
a su Palabra. Ya en el siglo XIV, una reliquia suya
llegó de Armenia a Tarragona de la que es patrona. |
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